Orizaba, Ver., 10 de abril de 2022. Como un signo de la victoria, se llevó a cabo la bendición y procesión por las palmas encabezada por el Obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, partiendo de la Alameda Francisco Gabilondo Soler pasando la Avenida Colón en la que al paso iba llevando a cabo la bendición de ramos hasta llegar a la Catedral de San Miguel Arcángel.
Vestido con el ornamento de color rojo que simboliza la Sangre y la Fuerza del Espíritu Santo y que se utiliza especialmente el Domingo de Ramos y el Viernes Santo explicó que tomando las medidas sanitarias se desarrolló este signo de fe.
“Hoy se optó por tener este recorrido más amplio porque el Día de Ramos celebramos la entrada del Señor Jesús a Jerusalén y es una peregrinación es una procesión que marca la liturgia en la que nuestra comunidad cristiana más que recordar hacemos un memorial y el Memorial en el concepto cristiano litúrgico de nuestra doctrina católica no es solamente tener algo del pasado sino es actualizarlo y vivirlo como si fuera hoy”.
Resaltó que el Domingo de Ramos es una profesión de fe en la que Señor Jesús cor su pasión, muerte y resurrección, nos rescató a los seres humanos de la situación de esclavitud que nos provoca la muerte misma.
Agregó que se busca animar a la comunidad cristiana y no cristiana a descubrir al Señor Jesús en el camino la verdad y la vida de cómo se da vida la resurrección del señor pero pasando por la entrega, por el servicio, muchas veces por la humillación.
“El Señor Jesús lo pasó y es obligación que aparentemente es el triunfo del mal de la soberbia de las autoridades abusivas del tiempo del Señor Jesús estoy hablando: Pilato, Herodes el Sanedrín, siempre habido gente por esas situaciones que nos relatan la pasión del señor el evangelio, siempre van a usar el poder para humillar para tener dominio controlar y sacar ventajas y a veces destruir al otro como es el caso del Señor Jesús, pensando que destruyéndolo crucificándolo que acababa su plan su mensaje de salvación”.
Para lo cual Cervantes Merino resaltó que el Señor da una respuesta a toda la humanidad, resucitándolo entre los muertos, al tomar al Señor con esas Palmas, “es el signo de la Victoria es el signo de que Jesús vence el mal, vence la muerte y que nosotros cristianos vamos tomaditos de él, lo aclamamos como Rey y Señor no solamente hoy queremos que sea una actitud permanente en nuestra vida”.
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